Una de las tareas que más trabajo está llevando, es la restauración del depósito, no obstante, es la más entretenida, con la que más se está aprendiendo y una de las más agradecidas hasta el momento. Y no debe de ser para menos, ya que debe de quedar perfecto, puesto que es uno de los elementos más llamativos de una moto. Y, como su restauración es una tarea que lleva más trabajo de lo habitual, la realizaremos en varias entradas.
Aviso: muchas fotos.
Comenzamos por llevarle el depósito a un amigo que es un profesional del cromado, para que le quite la imprimación vieja mediante arenado. El depósito se encontraba completamente imprimado y ésto era un impedimento para realizar el proceso de cromado, ya que, el depósito original, lleva una lágrima cromada en cada lado y los metales deben de adherirse a una capa metal limpia que esté a la vista.
Y éste es el resultado:
(Puede observarse la capa de níquel antigua que no llegó a saltar) |
Una vez arenado, se debía de marcar bien la zona de la lágrima, con al forma original, enmascarar dicha zona e imprimar el resto del depósito, para volvérselo a enviar, para un pulido de las lágrimas y el posterior cromado.
Tras estos procesos, se tubo que realizar un pintado adicional que sellara mejor los poros de la imprimación, y éste fue el resultado:
(Una capa de cromo perfecta, la pintura se desprendió por algunos sitios a causa de la limpieza por ultrasonidos.) |
Presentando una oxidación similar a la de esta foto:
(Fuente: ) |
Por lo tanto decidimos tratar el depósito internamente, mediante un proceso de desengrasado a 75ºC, aclarado, desoxidado a 75ºC, aclarado, secado y por último, aplicar una capa de un componente a base de caucho sintético, resistente contra todo tipo de combustibles, aceites, aguas, sosas, lejías y ácidos diluidos.
Pero antes de comenzar con el tratamiento, se llenó el depósito de vinagre común (contiene ácido acético), y se dejó reposar 24h, para deshacer lo máximo posible la capa de óxido (No se come el metal, ya que es un ácido débil).
Al día ya se pudieron ver los resultados, ya que había deshecho el óxido y perdía vinagre por dos poros que habían aparecido en la zona baja, lo cual era buena señal ya que se había comido bastante óxido, quedando tal que así:
Aún presentaba un poco de óxido, pero nada que el tratamiento no pudiera solucionar.
Desengrasado:
Los cables que se observan son una sonda de temperatura, para controlar que no disminuyera de 60ºC y una resistencia térmica bajo el depósito, en el caso que se debiera de calentar, cosa que no es necesaria, ya que, vertiendo la mezcla de desengrasante a 80ºC, la temperatura no llega a disminuir de 70ºC.
Desoxidado:
Los resultados como se pueden observar son muy buenos, ha desaparecido casi por completo el óxido y se le confiere una capa de pasivado al metal, que mejora la adhesión del posterior recubrimiento.
Recubrimiento de caucho sintético:
Una vez curado, éste es el resultado final:
Los poros que surgieron durante la desoxidación se taponan excelentemente con el tratamiento.
Ahora ya dispone de recubrimiento para una larga temporada más.
Esperemos que os haya gustado y sea de ayuda el reportaje gráfico.
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